4.26.2017

Statement

La tragedia y el humor han sido circunstancias profundamente sentidas en la sociedad y desde hace mucho tiempo fuentes de inspiración artística. La frecuencia de tales inspiraciones, así como su valoración social, han estado fuertemente influenciadas por los testimonios de diferentes sujetos y la orientación de los códigos culturales, que cada artista ha empleado para materializar la búsqueda incesante de la felicidad y los problemas que sorteamos en la cotidianidad.

En el análisis de estas relaciones la obra de Iván Navarro nos coloca ante un escenario donde confluyen un sin número de historias que señalan el derrumbe social, la recuperación de la memoria y su nostalgia ancestral, como también, la transformación acelerada de la sociedad justificada por la conquista del placer.

Mentiras y Verdades

Mentiras y verdades es una exposición de caricaturas cuyo tema es el medio del arte colombiano y sus protagonistas. La exposición se mueve entre el rumor, el mito, y la enorme necesidad de reírnos de nosotros mismos. Las situaciones presentadas por Navarro, envuelven a artistas, galeristas, críticos de arte, curadores, profesores de arte, amigos, todos presentados en situaciones testificadas por el artista. la verdad, la mentira, el rumor, la sorpresa, el desconcierto, la burla, el cinismo y el descaro, la ingenuidad, la indolencia, la tacañería, los celos, la hipocresía y la rabia,hacen parte de esta exposición. En esta danza que todos bailamos, en esta comedia de la que quizá nadie se salve nos reconocemos. En este sueño de la razón, Navarro ocupa el lugar del testigo, que participa activamente en su realidad social, y lo hace con humor incluso burlándose de sí mismo, de sus verdades y sus mentiras.
(Los personajes y hechos retratados en esta exposición son completamente ficticios. Cualquier parecido con personas verdaderas, vivas o muertas, o con hechos reales es pura coincidencia.)

Santiago Rueda 2017


Tinta sobre papel. 28 x 21 cm c/u

4.01.2016

REC

El deseo de mirar la intimidad de otros, como el deseo de esos otros por hacerla publica, es el origen de esta serie de dibujos, donde Navarro asume la posición del Voyeur, estableciendo por un lado, una mirada omnipresente que registra el acto sexual y decide que plasmar en su obra y por otro, como interprete de una imagen compartida al convertirla en dibujo.

En la creación de esta serie, el artista toma decisiones estéticas como el uso del alto contraste y el fondo rojo, emulando lo prohibido, lo grotesco, lo sado y lo gore, asimismo, se nutre del acervo del cine para adultos, apropiándose de encuadres, planos e iluminaciones propias de este tipo de narrativa audiovisual, que sumado a una intención de resaltar ciertas partes del dibujo, señala puntos de tensión y foco, los cuales recaen sobre objetos, vestuarios o cuerpos para así extraer la esencia del acto sexual en un solo fotograma.

Los contenidos eróticos y una estética minimalista, han sido recurrentes en la obra del artista, sin  embargo, con el paso del tiempo, se  evidencia una depuración en su lenguaje que le permite ser contundente en su propuesta plástica, poniendo en manifiesto una sexualidad no convencional dentro de los parámetros fijados por una sociedad conservadora, planteando el lugar del arte como un escenario transgresor que permite reconocer una parte vedada pero mas común de lo que se cree.

Ricardo Moreno 2016

Carboncillo sobre papel. 30 x 45 cm c/u






Fotos: El Criollo producciones. Ricardo Moreno

10.31.2014

No Quedes En Cinta


No quedes en cinta es un libro de creencias, prácticas y recetas destinadas a evitar el embarazo. Las historias contadas desafían la razón, la ciencia y hasta la fuerza de gravedad. 

La Silueta Ediciones 2015

No Quedes En Cinta. Pag 15. Impresión Off Set. Ed, La Silueta. 1000 Ejemplares.


Delirio

DELIRIO DE DIBUJOS / DIBUJOS DE DELIRIO

A Iván Navarro le encantan los dramas y los entuertos ajenos. Como un cazador, siempre está atento a la noticia extraña, a la nota singular o al tipo raro. Primero escucha, luego pregunta y anota detalles; para después ponerse en la tarea de dibujar lo que le ha sido narrado. En la serie titulada “Mordiendo Polvo” dibujó los problemas de los demás, y en “Culebrones“ hizo lo propio con un conjunto de sueños frustrados, de deseos idos al traste. Está claro que la tragedia ajena lo atrae. Pero no como a un morboso; sino como a un terapeuta, digamos. Porque, primero Navarro impulsa al otro a hablar del hecho, a sacárselo del pecho; y luego transforma esas narraciones enrarecidas y turbias, en imágenes cuidadosamente realizadas, coloridas, llenas de humor.

Cual dibujante de retratos hablados, Navarro transforma la narración oral en dibujo. Y nos presenta lo que no pudo ser documentado porque sólo existe en el recuerdo; o como en esta serie titulada “Delirio”: por ser una alucinación que habita en la mente del otro. De tal manera, este conjunto de disparates aquí exhibidos da cuenta de lo escandaloso, lo raro, lo trágico, lo gracioso, sosteniéndose en lo subjetivo, en lo que es pura ilusión.

Así, estas ilustraciones demenciales, realizadas con tanta disciplina y cuidado a la manera de los personajes hieráticos y simplificados de la antigua iconografía medieval (quizás por eso nos golpean tan duro); ponen en tela de juicio la veracidad de cualquier documento y la misma ética del periodista o del historiador (ya sabemos que la historia oficial la cuentan los que ganan, la noticia la arman quienes tienen los medios y los delirios, pues los conoce únicamente quien delira). Por tanto, este proyecto es en sí mismo puro desvarío. Como un juego de teléfono roto a partir de un sonido sin sentido. Y al estar liberado de todo compromiso con lo “real”, se potencia en cuanto a dibujo, en cuanto a representación. Es como un sueño: absurdo, inquietante, subjetivo y conmovedor.

Humberto Junca Casas 2015


Lápices de colores y tinta mecanográfica sobre papel. Dimensiones variables.


Fotos: Dierti Daniela



Feo

Es innegable que aunque tengamos una imagen de la infancia como un periodo de inocencia y sana jovialidad, algo de esa ingenuidad aparentemente inofensiva se convierte por momentos en una fascinaciòn por lo abyecto, lo asqueroso e incluso lo malvado. Coleccionar insectos, alardear cicatrices, matar pàjaros con pistolas de diablos o la cuidadosa ejecuciòn de una broma pesada son pasatiempos que funcionan como puentes entre una supuesta pureza del ser y una fascinaciòn reciente por lo torcido, por la posibilidad de un camino alternativo a las doctrinas parentales que apenas se empieza a descubrir.

Muchos proyectos de Iván Navarro comparten esos impulsos de curiosidad infantil con cierta sonrisa como telón de fondo, una sonrisa que no viene solamente del placer travieso, sino también se siente entre divertida y nerviosa por acercarse a mirar dentro de aquello que es extraño y peligroso, tal vez una sonrisa burlesca que sirve para poder hacer frente a lo que nos confronta tanto que nos hace sentir ignorantes, torpes y frágiles: sonreír para no llorar de miedo. 

Este proyecto en especifico le apuesta a permitirse malicia y fealdad, pues hay que ser verdaderamente entregado a regodearse en la mala leche propia para realizar una colección tan extensa de las personas feas que uno se va encontrando en la vida. Apuntando con el dedo la tortuosa ausencia de atractivo ajeno, y luego a punta de lápiz dibujando cada arruga, verruga, nariz torcida, ojos bizcos, jorobas, orejas y narices desproporcionadas, el autor utiliza el recuerdo de personas anónimas que se cruza cotidianamente para llevar un atlas cuyo objeto cartografiado es básicamente la repulsión hacia el otro.
La fealdad de esta colección no es homogénea, pues algunos de estos personajes aparentemente poseen defectos faciales congénitos, otros parecieran estar desfigurados por algún accidente del pasado, un tercer grupo debió ser simplemente poco agraciado por la genética.

Sin embargo, aunque la premisa de archivar gente que nos parezca fea en un libro se nos haga política y moralmente incorrecta, también puede ser de alguna manera humilde, pues no solo es un ejercicio de clasificación sino de recordación, casi que de homenaje. Cada uno de los dibujos está hecho con esmero en los detalles, en la particularidad de cada feo y cada fea que los hacen irrepetibles, como copos de nieve. El error, la asimetría, la desproporción y la rareza son finalmente características no solamente de la fealdad sino también de la individualidad, y si uno no es ajeno a la historia del pensamiento, sabrá que a través de los siglos grandes personas solamente han podido encontrar la belleza en aquello que consideran irrepetible. No caiga usted en la trampa de asumir tan rápidamente que este es un libro bully, nada nos dice que el autor no sea feo también, o que de pronto la gente fea le caiga bien, o hasta le guste.


Es innegable que la idea detrás de estos dibujos es particular y sospechosa, dura de digerir, una colección es extraña difícil de situar entre la curiosidad inocente y la malparidez, aunque todo indica que tiene mucho de ambas al tiempo. Este es un libro tan raro que una de sus principales victorias es lograr ser de alguna manera un enigma: ¿Para qué se hizo? ¿Qué significa el hecho que este libro me guste o me disguste? ¿Qué tanto de estos personajes hay en quien los dibuja? ¿Qué tanto de ese dedo señalador del artista hay en mí? 

William Contreras Alfonso 2014


Feo. Pag 152. Impresión Digital. Ed, La Silueta. 144 Ejemplares.

10.28.2014

Tragas

"Sólo nos ama aquel con quien podemos mostrarnos débiles sin provocar la fuerza"
-Theodor W. Adorno

¿El amor que buscamos se inspira más en el modelo de la media naranja que en el de la pasión? Si, la ausencia de reciprocidad nos distancia y no podemos esperar mucho tiempo un amor no compartido, al igual que los amigos, anhelamos tener unos sentimientos parecidos o, por lo menos, sin excesivas disonancias.

Considerándose como un proyecto al servicio de dicha búsqueda, “tragas” propone retratar desde la calidad reveladora del dibujo las personas que amamos en secreto. Así, cada uno de los dibujos de los cuarenta que conforman esta obra son argumentalmente independientes, pero enlazados entre si, además de su línea temática, por un montaje basado en el agrupamiento de las personas cuyos sentimientos se reenvían mutuamente.

Finalmente esta forma expositiva nos invita a participar como actores en la tarea de construir colectivamente nuestros encuentros y a reconciliarnos con esa imagen ideal que habita en la conciencia desde la infancia y con la que nos mantenemos en dialogo permanente: el enfrentamiento amoroso.

Iván Navarro 2014


Pastel sobre papel. 28 X 21 cm (Selección)


 

Fotos: Iván Navarro